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El símbolo, la psicología y el misticismo

Foto del escritor: Anima MysticaAnima Mystica

(Fragmento del artículo publicado en Anima Mystica Revista Digital Vol 1 No 1)


Resulta interesante, desde el ámbito del misticismo, cómo aspectos de la psicología pueden ser aplicados en la comprensión de determinados fenómenos, al mismo tiempo que para el psicólogo conocedor del mundo esotérico parece increíblemente familiar el punto de vista de algunos místicos dedicados a desentrañar los conceptos filosóficos y las vivencias internas de las personas. Es fácil identificar en la psicología las fuentes de la filosofía que resultan comunes al pensamiento místico antiguo, lo que lleva a pensar en qué sentido psicología y misticismo confluyen, y en qué momento una se separa de la otra.

En su libro Ana Karénina, León Tolstoi narra: “Levine observava com frequência nas discussões entre pessoas inteligentes que, depois grandes esforços, de muitas subtilezas lógicas e de abundantes palavras, os contendores chegavam a conclusão que procuravam demonstrar qualquer coisa que desde o princípio sabiam, mas que não queriam reconhecer para não serem vencidos e que o motivo da discussão resultava de terem gostos diferentes. Amiúde, no meio da discussão, um dos polemistas compreendia o pensamento do outro, e aceitava-o; então todos os argumentos caíam por terra como algo inútil. Outras vezes sucedia o contrário: um dizia do que gostava e inventava argumentos para defendê-lo. Se o fizesse bem e com sinceridade o adversário rendia-se-lhe, abandonando a discussão.” (Tolstoi, 1965) p. 411


De esta forma se refleja uno de los grandes problemas con que el hombre cotidiano se enfrenta, y que resulta el punto en común que permite la diferenciación entre psicología y misticismo: la comunicación. En este sentido, para la psicología, el proceso de comunicación comprende el intercambio de señales y códigos que entre dos o más entes, cuya efectividad radica en la forma en que estas señales y códigos son compartidos y comprendidos. De este modo, el que emite el código sólo sabe que su mensaje ha llegado cuando recibe el feedback por parte de aquel al que iba destinado.


En el misticismo, el proceso de comunicación ocurre de forma semejante, la diferencia está en que el emisor del mensaje no es un ser tangible, sino que se reconoce a la fuente del mensaje como un elemento fuera del plano físico en el que nos encontramos. Sin pretender adentrarnos en tecnicismos psicológicos, vamos a asumir por el resto del presente trabajo que efectivamente existe un elemento divino, que no puede ser comprendido ni totalmente percibido por el hombre, pero que forma parte de su vida espiritual.


Entonces, también podemos establecer una analogía entre la comunicación que se establece entre lo divino y el hombre, donde también podemos identificar un sistemas de códigos que es transmitido, y que debe ser comprendido para garantizar la comprensión del mensaje. En este sentido: así como las personas se comunican unas con las otras, en un proceso de codificaciones y decodificaciones, así los dioses y lo divino se comunica con el hombre, a través de un sistema de símbolos y de signos.


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